sábado, noviembre 26, 2005

Relación Humana


Comencé el ascenso a la cumbre para ver si te encontraba, penetre la cordillera de la costa con toda su hermosura indescriptible y sin límite, me perdí en su interior lleno de cerros, rojizas rocas, quebradas y arenales sin ningún rastro tuyo. Parado en una de sus cumbres altas me pude mezclar con las nubes en su retirada al interior y estoy casi convencido que dicho fenómeno fue obra de tu magia, camine más y más llegando a un arenal hermoso y lleno de energía donde grite tu nombre con toda mi fuerza. El eco hizo el resto con sus maravillosos rebotes que para mi sorpresa nunca terminaron.
Si no fuera por la incompetencia que veo en la gente no dudaría en seguirte y dejar mi idolatrada herencia al cuidado de otros ya que mi influencia protectora desde el más allá será poderosa y castigará a quien ose dañar a tan frágil cristal.
Lo que dije a muchos resultó ser a mi, lo que dedique a otros resultó ser la predicción de mi futuro, mis problemas y traumas. Ahora que ya no estás con nosotros, conciente del desarrollo de la vida y de lo mejor para todos me rehúso a no verte más, me resisto a oírte solamente.
Eres inmortal en cuerpo y alma, me rehúso a no verte más.

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